Principios
pedagógicos que sustentan el Plan de estudios
I.12. La tutoría
y la asesoría académica a la escuela
La tutoría se concibe como el conjunto de alternativas de
atención individualizada que parte de un diagnóstico. Sus destinatarios son estudiantes
o docentes. En el caso de los estudiantes se dirige a quienes presentan rezago
educativo o, por el contrario, poseen aptitudes sobresalientes; si es para los
maestros, se implementa para solventar situaciones de dominio específico de los
programas de estudio. En ambos casos se requiere del diseño de trayectos
individualizados.
La asesoría es un acompañamiento que se da a los docentes
para la comprensión e implementación de las nuevas propuestas curriculares. Su
reto está en la resignificación de conceptos y prácticas.
Tanto la tutoría como la asesoría suponen un acompañamiento
cercano; esto es, concebir a la escuela como un espacio de aprendizaje y
reconocer que el tutor y el asesor también aprenden.
1.11. Reorientar el
liderazgo
Reorientar el liderazgo implica un compromiso personal y con
el grupo, una relación horizontal en la que el diálogo informado favorezca la
toma de decisiones centrada en el aprendizaje de los alumnos. Se tiene que
construir y expresar en prácticas concretas y ámbitos específicos, para ello se
requiere mantener una relación de colegas que, además de contribuir a la
administración eficaz de la organización, produzca cambios necesarios y útiles.
Desde esta perspectiva, el liderazgo requiere de la participación activa de estudiantes,
docentes, directivos escolares, padres de familia y otros actores, en un clima
de respeto, corresponsabilidad, transparencia y rendición de cuentas.
El liderazgo es determinante para el aseguramiento de
propósitos que resultan fundamentales para la calidad educativa, la
transformación de la organización y el funcionamiento interno de las escuelas,
el desarrollo de una gestión institucional centrada en la escuela y el
aseguramiento de los aprendizajes y, en general, el alineamiento de toda la
estructura educativa hacia el logro educativo.
Algunas características del liderazgo, que señala la Unesco
y que es necesario impulsar en los espacios educativos, son:
La creatividad colectiva.
La visión de futuro.
La innovación para la transformación.
El fortalecimiento de la gestión.
La promoción del trabajo colaborativo.
La asesoría y la orientación.
I.10. Renovar el pacto entre el estudiante, el docente, la
familia y la escuela
Desde la perspectiva actual, se requiere renovar el pacto
entre los diversos actores educativos, con el fin de promover normas que
regulen la convivencia diaria, establezcan vínculos entre los derechos y las
responsabilidades, y delimiten el ejercicio del poder y de la autoridad en la
escuela con la participación de la familia.
En la escuela, la aplicación de las reglas y normas suele
ser una atribución exclusiva de los docentes y del director, dejando fuera la
oportunidad de involucrar a los estudiantes en la comprensión de su sentido y
el establecimiento de compromisos con las mismas. Si las normas se elaboran de
manera participativa con los alumnos, e incluso con sus familias, se convierten
en un compromiso compartido y se incrementa la posibilidad de que se respeten,
permitiendo fortalecer su autoestima, su autorregulación y su autonomía.Sin
embargo, es conveniente que las normas del salón de clases y de la escuela se
revisen periódicamente para determinar cuáles son funcionales, que no lesionan
a nadie y que apoyan el trabajo conjunto. Asimismo, es necesario que se
apliquen a todos, que ante un conflicto que las involucre se escuche a las
distintas partes, y que el acatamiento de la norma sea una condición necesaria
para el respeto y el cumplimiento de las responsabilidades personales con la
comunidad escolar y no como un acto impuesto autoritariamente.
I.9. Incorporar temas de relevancia social
Los temas de relevancia social se derivan de los retos de
una sociedad que cambia constantemente y requiere que todos sus integrantes
actúen con responsabilidad ante el medio natural y social, la vida y la salud,
y la diversidad social, cultural y lingüística. Por lo cual, en cada uno de los
niveles y grados se abordan temas de relevancia social que forman parte de más
de un espacio curricular y contribuyen a la formación crítica, responsable y participativa
de los estudiantes en la sociedad. Estos temas favorecen aprendizajes
relacionados con valores y actitudes sin dejar de lado conocimientos y
habilidades, y se refieren a la atención a la diversidad, la equidad de género,
la educación para la salud, la educación sexual, la educación ambiental para la
sustentabilidad, la educación financiera, la educación del consumidor, la
prevención de la violencia escolar –bullying–, la educación para la paz y los
derechos humanos, la educación vial, y la educación en valores y ciudadanía.
I.8. Favorecer la inclusión para atender a la diversidad
La educación es un derecho fundamental y una estrategia para
ampliar las oportunidades, instrumentar las relaciones interculturales, reducir
las desigualdades entre grupos sociales, cerrar brechas e impulsar la equidad.
Por lo tanto, al reconocer la diversidad que existe en nuestro país, el sistema
educativo hace efectivo este derecho al ofrecer una educación pertinente e
inclusiva.
Pertinente porque valora, protege y desarrolla las culturas
y sus visiones y conocimientos del mundo, mismos que se incluyen en el
desarrollo curricular.
Inclusiva porque se ocupa de reducir al máximo la
desigualdad del acceso a las oportunidades, y evita los distintos tipos de
discriminación a los que están expuestos niñas, niños y adolescentes.
En correspondencia con este principio, los docentes deben
promover entre los estudiantes el reconocimiento de la pluralidad social,
lingüística y cultural como una característica del país y del mundo en el que
viven, y fomentar que la escuela se convierta en un espacio donde la diversidad
puede apreciarse y practicarse como un aspecto de la vida cotidiana y de
enriquecimiento para todos.
Para atender a los alumnos que, por su discapacidad
cognitiva, física, mental o sensorial (visual o auditiva), requieren de
estrategias de aprendizaje y enseñanza diferenciadas, es necesario que se
identifiquen las barreras para el aprendizaje con el fin de promover y ampliar,
en la escuela y las aulas, oportunidades de aprendizaje, accesibilidad,
participación, autonomía y confianza en sí mismos, ayudando con ello a combatir
actitudes de discriminación.
Por otra parte, para atender a los alumnos con aptitudes
sobresalientes, el sistema educativo cuenta con modelos de enriquecimiento
escolar y extraescolar, y brinda parámetros para evaluar a quienes muestren un
desempeño significativamente superior al resto de sus compañeros en el área
intelectual y requieran de una promoción anticipada.
Para el logro de este principio es indispensable la
organización, la toma de acuerdos y la vinculación entre autoridades,
directivos, docentes y madres, padres o tutores.
En ese sentido, a la Educación Básica le corresponde crear
escenarios basados en los derechos humanos y el respeto a la dignidad humana,
en los que cualquier estudiante, independientemente de sus condiciones, se
desarrolle intelectual, social, emocional y físicamente. Para ello, se requiere
que los docentes desarrollen empatía hacia las formas culturales y necesidades de
los alumnos que pueden ser distintas a sus concepciones.
.7. Evaluar para aprender
Herramientas para la evaluación en la educación
El docente es el encargado de la evaluación de los
aprendizajes de los alumnos y quien realiza el seguimiento, crea oportunidades
de aprendizaje y hace modificaciones en su práctica para que éstos logren los
aprendizajes establecidos en el Plan y los programas de estudio.
La evaluación de los aprendizajes es el proceso que permite
obtener evidencias, elaborar juicios y brindar retroalimentación sobre los
logros de aprendizaje de los alumnos a lo largo de su formación; por tanto, es
parte constitutiva de la enseñanza y del aprendizaje.
Los juicios sobre los aprendizajes logrados durante el
proceso de evaluación buscan que estudiantes, docentes, madres y padres de
familia o tutores, autoridades escolares y educativas, en sus distintos
niveles, tomen decisiones que permitan mejorar el desempeño de los estudiantes.
Por tanto, en la Educación Básica el enfoque formativo deberá prevalecer en
todas las acciones de evaluación que se realicen.
Desde este enfoque se sugiere obtener evidencias y brindar
retroalimentación a los alumnos a lo largo de su formación, ya que la que
reciban sobre su aprendizaje, les permitirá participar en el mejoramiento de su
desempeño y ampliar sus posibilidades de aprender. Para que cumpla sus
propósitos, requiere comprender cómo potenciar los logros y cómo enfrentar las
dificultades. Por ello, el docente habrá de explicitar a los estudiantes formas
en que pueden superar sus dificultades. En este sentido, una calificación o una
descripción sin propuestas de mejora resultan insuficientes e inapropiadas para
mejorar su desempeño.
Para que el enfoque formativo de la evaluación sea parte del
proceso de aprendizaje, el docente debe compartir con los alumnos y sus madres,
padres de familia o tutores lo que se espera que aprendan, así como los
criterios de evaluación. Esto brinda una comprensión y apropiación compartida
sobre la meta de aprendizaje, los instrumentos que se utilizarán para conocer
su logro, y posibilita que todos valoren los resultados de las evaluaciones y
las conviertan en insumos para el aprendizaje; en consecuencia, es necesario
que los esfuerzos se concentren en cómo apoyar y mejorar el desempeño de los
alumnos y la práctica docente.

En educación preescolar, los referentes para la evaluación
son los aprendizajes esperados establecidos en cada campo formativo, que
constituyen la expresión concreta de las competencias; los aprendizajes
esperados orientan a las educadoras para saber en qué centrar su observación y
qué registrar en relación con lo que los niños hacen.
Para la educación primaria y secundaria, en cada bloque se
establecen los aprendizajes esperados para las asignaturas, lo que significa
que los docentes contarán con referentes de evaluación que les permitirán dar
seguimiento y apoyo cercano a los logros de aprendizaje de sus estudiantes.
Durante un ciclo escolar, el docente realiza o promueve
distintos tipos de evaluación, tanto por el momento en que se realizan, como
por quienes intervienen en ella.
En primer término están las evaluaciones diagnósticas, que
ayudan a conocer los saberes previos de los estudiantes; las formativas, que se
realizan durante los procesos de aprendizaje y son para valorar los avances, y
las sumativas, para el caso de la educación primaria y secundaria, cuyo fin es
tomar decisiones relacionadas con la acreditación, no así en el nivel de
preescolar, donde la acreditación se obtendrá sólo por el hecho de haberlo
cursado.
En segundo término se encuentra la autoevaluación y la
coevaluación entre los estudiantes. La primera busca que conozcan y valoren sus
procesos de aprendizaje y sus actuaciones, y cuenten con bases para mejorar su
desempeño; mientras que la coevaluación es un proceso que les permite aprender
a valorar los procesos y actuaciones de sus compañeros, con la responsabilidad
que esto conlleva, además de que representa una oportunidad para compartir
estrategias de aprendizaje y aprender juntos. Tanto en la autovaluación como en
la coevaluación es necesario brindar a los alumnos criterios sobre lo que deben
aplicar durante el proceso, con el fin de que éste se convierta en una
experiencia formativa y no sólo sea la emisión de juicios sin fundamento
La heteroevaluación, dirigida y aplicada por el docente,
contribuye al mejoramiento de los aprendizajes de los estudiantes mediante la
creación de oportunidades de aprendizaje y la mejora de la práctica docente.
De esta manera, desde el enfoque formativo de la evaluación,
independientemente de cuándo se lleve a cabo –al inicio, durante o al final del
proceso–, de su finalidad –acreditativa o no acreditativa–, o de quiénes
intervengan en ella –docente, alumno o grupo de estudiantes–, toda evaluación
debe conducir al mejoramiento del aprendizaje y a un mejor desempeño del
docente.
Cuando los resultados no sean los esperados, el sistema
educativo creará oportunidades de aprendizaje diseñando estrategias
diferenciadas, tutorías u otros apoyos educativos que se adecuen a las necesidades
de los estudiantes.
Asimismo, cuando un estudiante muestre un desempeño que se
adelante significativamente a lo esperado para su edad y grado escolar, la
evaluación será el instrumento normativo y pedagógico que determine si una
estrategia de promoción anticipada es la mejor opción para él. En todo caso, el
sistema educativo proveerá los elementos para potenciar el desempeño
sobresaliente del estudiante. La escuela regular no será suficiente ni para un
caso ni para el otro, y la norma escolar establecerá rutas y esquemas de apoyo
en consonancia con cada caso comentado.
Para ello, es necesario identificar las estrategias y los
instrumentos adecuados para el nivel de desarrollo y aprendizaje de los
estudiantes. Algunos instrumentos que deberán usarse para la obtención de
evidencias son:
Rúbrica o matriz de verificación.
Listas de cotejo o control.
Registro anecdótico o anecdotario.
Observación directa.
Producciones escritas y gráficas.
Proyectos colectivos de búsqueda de información,
identificación de problemáticas y formulación de alternativas de solución.
Esquemas y mapas conceptuales.
Registros y cuadros de actitudes observadas en los
estudiantes en actividades colectivas.
Portafolios y carpetas de los trabajos.
Pruebas escritas u orales.
En la asignatura Lengua Indígena es importante que el
docente considere aspectos específicos relacionados con las particularidades
culturales y lingüísticas de las lenguas indígenas al llevar a la práctica la
evaluación, como:
Los instrumentos que se utilicen deben expresarse en la
lengua materna de los niños de acuerdo con las normas sociolingüísticas que
rigen este tipo de discurso.
Los estilos lingüísticos, el código utilizado y el
vocabulario expresado en los formatos o reactivos de evaluación que se utilicen,
deben ser claros para los niños, tomando en cuenta las normas sociolingüísticas
de sus lenguas de origen que operan en relación con la infancia y/o en función
de parámetros relativos a jerarquías sociales o género.
La evaluación contemplará los tipos textuales producidos o
interpretados durante el año escolar de los estudiantes, de acuerdo con los
programas de estudio de lengua indígena, así como las normas sociolingüísticas
que rigen su estructura u organización de la información. Por ejemplo, no es posible
pedir a un niño que responda a cierto tipo de preguntas típicas en el
tratamiento del texto “noticia” (cuándo, cómo, dónde) con base en la estructura
que se rige por normas propias del género periodístico, ya que en las
comunidades indígenas la práctica de relatar un suceso actual parte de una
estructura y una función social distinta a la que este tipo de texto tiene en
el mundo hispánico.
La evaluación debe contemplar o respetar los sistemas de
creencias o cosmovisión de los estudiantes indígenas, considerando que sus
interpretaciones o respuestas se enmarcan en los horizontes o contextos de
sentido propio de sus culturas originarias. Asimismo, es importante contemplar
el conocimiento del mundo que tienen, ya que muchos, al pertenecer a culturas en
resistencia, aisladas del mundo occidental u otras regiones, tienen poco acceso
a contenidos culturales distintos de los propios, lo que dificulta la
comprensión de los textos que leen.
1-¿QUE SON LOS
PRINCIPIOS PEDAGÓGICOS?
R: Los principios
pedagógicos son condiciones esenciales para la implementación del currículo, la
trasformación de la práctica docente. El
logro del aprendizaje y la mejoría de la cualidad educativa.
2-¿MENCIONA LOS ÚLTIMOS SEIS PRINCIPIOS PEDAGÓGICOS?
R:
-La tutoría y la asesoría académica a la escuela.
- Reorientar el liderazgo.
- Renovar el pacto entre el estudiante, el docente, la
familia y la escuela.
- Incorporar temas de relevancia social.
- Favorecer la inclusión para atender a la diversidad.
- Evaluar para aprender.
3-¿EN QUÉ CONSISTE EVALUAR PARA APRENDER COMO PRINCIPIO
PEDAGOGICO?
R: La evaluación de los aprendizajes es el
proceso que permite obtener evidencias, elaborar juicios y brindar
retroalimentación sobre los logros de aprendizaje e los alumnos a lo largo de
su formación; por tanto, es parte constitutiva de la enseñanza y del
aprendizaje.
4-¿ EN QUE CONSISTE
INCORPORPORAR TEMAS DE RELEVACION SOCIALCOMO PRINCIPIO PEDAGOGICO?
R: En cada una de los niveles y grados de aborde
de temas de relación social que forman parte de más de un espacio curricular y
que contribuyen a la formación critica, responsable y participativa de los
estudiantes de la sociedad.
5-¿EN QUE CONSISTE LA TUTORIA Y ASESORIA ACADEMICA LA
ESCUELA COMO PRINCIPIO PEDAGOGICO?
◦
R: En el caso de los estudiantes se dirige
a quienes presentan rezago educativo o, por el contrario poseen aptitudes
sobresalientes.
◦
Si es para los maestros, se implementan para
solventar situaciones de dominio especifico de los programas de estudio.
◦
En ambos casos se requiere del diseño de
trayecto individualizados
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